Ex Rector UFRO analizó la nueva reforma de educación superior en inauguración del Año Académico 2019
El profesor Sergio Bravo brindó una clase magistral en el marco del trigésimo octavo aniversario institucional, ante la presencia de autoridades, académicos, funcionarios y estudiantes.
Durante el pasado año 2018 se pusieron en marcha dos importantes reformas que atañen profundos cambios en los procesos institucionales de las universidades nacionales, relacionados principalmente en el sector estatal y público. La temática fue analizada en una clase magistral a cargo del ex Rector de la Universidad de La Frontera, el profesor Sergio Bravo, quien se refirió a las amenazas y oportunidades que conllevan estas nuevas normativas que enfrenta la educación superior.
En su intervención, la ex autoridad universitaria enfatizó sobre la necesaria actualización de la forma en que se realiza el quehacer institucional, considerando el nuevo escenario político, económico y tecnológico. “Impulsar el progreso social y tecnológico y, simultáneamente, rehuir a la posibilidad de renovarse, ya no puede perpetuarse. Es evidente las transformaciones que las propias universidades han inducido, y que están ejerciendo una poderosa presión que han obligado a estas instituciones a rexaminar su concepción, funcionamiento y vialidad (…) Los actuales niveles de incertidumbre impiden realizar lo que hacíamos hace 50 años”, expresó.
De esta manera, instó a mirar críticamente los procesos internos que conlleva cada institución, tomando en consideración el abismo que han alcanzado los cambios del área tecnológica y económica en el mundo de la educación. “Estas condiciones han ejercido una enorme presión sobre las universidades y sus programas de formación, por cuanto nuestras instituciones están obligadas a darse la tarea de pensar en los requerimientos de un joven de 25 años, cuya vida profesional se proyectará mínimo hasta el año 2060. Esto supone pensar hoy en los conocimientos, competencias y habilidades que contribuirán a su éxito y vigencia por las siguientes cuatro décadas”, aseguró.
Por otra parte, a estos cambios se suma las transformaciones que han sufrido la forma de enseñar y aprender en manos de los avances tecnológicos, los cuales han influido en los hábitos de consumo de información por parte de estudiantes y docentes. “Los expertos insisten en considerar a las tecnologías digitales como las herramientas más poderosas en un esfuerzo por imprimir una formación universitaria de calidad. No sólo por las posibilidades que ofrece, sino porque constituyen el hábitat educacional del siglo XXI. Y me pregunto si ¿estamos diseñando políticas en este sentido?”, analizó.
En ese contexto, el profesor explicó que las universidades a escala internacional han asumido estos desafíos disminuyendo los contenidos y generando licenciaturas breves, prestando atención a la innovación y a programas de actualización continua, vinculados con los proyectos de investigación desarrollados por la respectiva institución.
Respecto a las obligaciones que atañen a los procesos de acreditación, destacó que las nuevas leyes buscan lograr una uniformidad en todos los procesos que aquejan a las instituciones de educación superior. “Debemos comprender el fondo que subyace a estas normativas y qué es lo que espera el legislador con respecto a la educación superior en Chile, que en definitiva es ordenar el sistema, y que toda institución presente en su interior una cierta homogeneidad de calidad en su accionar en todos los ámbitos”, expresó el profesor Bravo.
Finalmente, se refirió a la importancia de realizar estos procesos de manera compartida y apoyados con sus pares institucionales. “Hoy estamos frente a un nuevo desafío, que es el subir al escenario de las nuevas leyes ya comentadas y que pueden ser una amenaza para el futuro si no se toman con la debida responsabilidad de toda la comunidad universitaria. La ULS puede y debe hacerlo con el mayor de los optimismos, pues tiene todo para ser una gran universidad, por su patrimonio, historia tradición, por sus riquezas y entornos naturales privilegiados. Los procesos de desarrollo de instituciones como las nuestras no se pueden hacer en solitario y espero que la UFRO y la U. de La Serena se hermanen con un convenio de colaboración de largo alcance en todos los ámbitos, en que cada institución pueda aprender de la otra”, concluyó el experto.
Escrito por Daniela Ledezma, UGIP – PMI FIP ULS1501 | CM ULS1755