III Encuentro Nacional y Cuarto Encuentro Regional de Prácticas de Enseñanza Inclusiva: «Las diferencias y el Covid -19 no son barreras para el aprendizaje»

La actividad es organizada por la carrera de Ped. en Educación Diferencial (Facultad de Humanidades ULS) y se realizará el 23 de octubre del presente año, vía Zoom.

La exclusión educacional ha existido a lo largo de la historia. Actualmente, muchos niños y jóvenes en el mundo son excluidos de sus jardines infantiles, escuelas o liceos por sus características específicas debido a una discapacidad, raza, idioma, religión, género, orientación sexual, vulnerabilidad social u otra condición. En el presente año además, esta situación se ha visto agravada por el cierre de los establecimientos educacionales a causa de la pandemia por Covid -19 y el desarrollo de clases remotas o a distancia, ocasionando que muchos escolares no puedan participar de ellas, ya sea por carencia de equipos para conectarse, falta de conectividad o ausencia de un adulto que acompañe a los más pequeños.

En Chile, la exclusión educacional también ha sido histórica y lamentablemente, aún persisten indicadores negativos. Según datos del MINEDUC, durante el año 2019, hay 3.623.883 escolares matriculados, de los cuales 3.348.627 viven en zonas urbanas y 275.253 en zonas rurales. El Centro de Investigación Avanzada en Educación de la Universidad de Chile (CIAE), señala además que, un poco más de la mitad (el 55%) de los escolares logra completar su educación básica y media en los doce años en que están planificadas. Es decir, el 45% de los alumnos se atrasa al menos un año, presenta un rezago de dos años o más o no termina su educación. Estos niños se ubican prioritariamente en la educación pública y su exclusión que se ha iniciado en los primero años de escolaridad, tendrá un fuerte impacto a lo largo de su vida.

Los niños y jóvenes, sin importar sus características específicas, tienen derecho a aprender para poder desarrollarse de manera integral, autonomía y alcanzar su proyecto individual, para ello requieren el apoyo de sus padres, de sus comunidades educativas, del Estado y de la sociedad civil en su conjunto. Los niños y jóvenes tienen derecho a ir a jardines infantiles, escuelas y liceos y ser incluidos y bienvenidos por sus profesores y compañeros, como un igual en su comunidad, porque cuando los escolares son educados en las mismas salas de clases, independiente de sus diferencias, todos se benefician, este es el fundamento crítico de la educación inclusiva.

La educación inclusiva es una modalidad educacional que promueve que los estudiantes diferentes y diversos aprenden junto a sus compañeros, en la misma sala de clases, participen de las mismas actividades extracurriculares, pertenezcan a los mismos centros de estudiantes u otras organizaciones estudiantiles, y asistan a las mismas actividades deportivas y recreativas.

La educación inclusiva reconoce y valora la diversidad y los aportes específicos que cada uno de los estudiantes aporta a la sala de clases y a su institución educacional. Para ello, este tipo de educación promueve que cada niño o joven se sienta seguro, valorado y que se sienta un integrante más de su grupo, es decir promueve que cada estudiante desarrolle un sentido de pertenencia con el curso y con su institución. Este sentido de valoración y pertenencia se promueve cuando los escolares y sus padres o apoderados participan activamente en el establecimiento de objetivos de aprendizaje y toman parte en las decisiones que los afectan y cuando los profesores y otros profesionales de la educación tienen capacitación, apoyo, flexibilidad y recursos para nutrir, alentar y responder a las necesidades de todos los estudiantes.

Finalmente, es necesario destacar que la educación inclusiva es uno de los objetivos del Milenio que se han propuesto todos los países que pertenecen a Naciones Unidas, porque proporciona educación de calidad para todos los niños y jóvenes y es fundamental para cambiar las actitudes discriminatorias de los países (Informe Desiguales, PNUD, 2017) y promover desarrollos humanos más sustentables.

Los jardines infantiles, las escuelas y liceos constituyen el espacio social en donde ocurren los primeros contactos de los niños y jóvenes fueras de sus familias. La calidad de estos primeros contactos tiene un fuerte impacto en el desarrollo de relaciones e interacciones sociales de las nuevas generaciones. El respeto, la comprensión y valoración del otro y el sentido de humanidad crecen cuando los estudiantes de diversas habilidades y antecedentes juegan, socializan y aprenden juntos. Esta modalidad educativa además promueve la participación cívica, el empleo y la vida comunitaria. En cambio, si la educación excluye y segrega perpetúa la discriminación contra los grupos que históricamente han sido marginados.

En este contexto de pandemia por Covid 19, el Ministerio de Educación ha dispuesto una serie de dispositivos de apoyos para que los docentes puedan continuar brindando educación de calidad con equidad pedagógica, en modalidad de clases a distancia. De este modo activo el Plan de Aprendizaje a distancia, materiales digitales, Biblioteca Escolar Digital, plataformas gratuitas y convenios de telefonía móvil para los escolares, entre otros, Sin embargo, en este difícil contexto atravesado no solo por la situación sanitaria, sino que además por las condiciones de trabajo en los hogares (que no están preparado para ello), situaciones familiares y personales, el profesorado con su iniciativa, creatividad y fuerte compromiso ético con la profesión, han sabido llevar adelante procesos educacionales únicos, para garantizar a sus educandos el derecho a la educación de calidad-

Por ello, la Carrera de Pedagogía en Educación Diferencial del Departamento de Educación de la Universidad de La Serena, interesado en recopilar dichas experiencias, ha organizado el III Encuentro Nacional de Prácticas de Enseñanza Inclusivas y Cuarto Encuentro Regional de Prácticas de Enseñanza Inclusivas: “Las Diferencias y el Covid 19, No Son Barreras Para el Aprendizaje” que se realizará en línea, el día viernes 23 de octubre del presente año. El objetivo es promover la interacción entre profesores comprometidos con la inclusión a fin de que podamos intercambiar conocimientos y experiencias de prácticas de enseñanza inclusivas en jardines infantiles, escuelas y liceos, en contexto de emergencia sanitaria por Covid- 19.

Objetivo general:

Promover el intercambio y difusión de prácticas educacionales inclusivas en el país, en contexto de pandemia por Covid- 19.

Objetivos específicos:

  • Favorecer el intercambio de experiencias educativas inclusivas entre diferentes establecimientos educacionales de las diferentes regiones del país.
  • Proponer la formación de una Red de establecimientos educacionales inclusivos a nivel nacional.
  • Sistematizar experiencias educacionales inclusivas a nivel nacional, en diferentes niveles educacionales.

Los jardines infantiles, escuelas y liceos subvencionados por el Estado o con financiamiento de particulares que deseen dar a conocer sus experiencias de prácticas de enseñanza inclusiva para párvulos, niños o adolescentes que presentan alguna características de los grupos que históricamente han sido excluidos (discapacidad, raza, idioma, religión, género, orientación sexual, vulnerabilidad social u otra característica ) deben enviar su presentación antes del día lunes 26 de septiembre de 2020, al siguiente correo electrónico: practicasinclusivas2020@gmail.com

Las experiencias de prácticas de enseñanza inclusiva seleccionadas serán presentadas en el día del Encuentro en modalidad de presentaciones, en línea. El jurado que selecciona las prácticas de enseñanza estarán compuesto por académicos del Departamento de Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Serena.

Cualquier duda o consulta, por favor contactar al siguiente correo electrónico: practicasinclusivas2020@gmail.com

Fuente: Comisión Organizadora Prácticas de Enseñanza Inclusivas

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